¿Le pone nervioso responder a las preguntas de un examen presencial? ¿Quién no lo estaría?
Los exámenes orales pueden resultar especialmente intimidatorios para algunos estudiantes porque plantean dos retos diferentes: el reto de recordar material rápidamente y el reto de hablar ante un público, aunque éste esté formado por una sola persona.
Como los exámenes orales se parecen mucho a las entrevistas de trabajo, puedes prepararte para ellos de la misma manera que se preparan los aspirantes. Predicen y practican.
Preguntas de predicción
Empieza por recopilar todo el material que probablemente se tratará en el examen. Lee la información para reconocer posibles temas o patrones. Si trabajas con un libro de texto, puedes utilizar los títulos y subtítulos para encontrar temas probables.
Ahora intenta predecir posibles preguntas de tipo ensayo. Piensa en ello: No te van a hacer preguntas de verdadero o falso; te van a hacer preguntas que requieran una respuesta larga. ¿Qué preguntarías si fueras el profesor?
Si es posible, repasa exámenes antiguos y reformula las preguntas que hayas contestado antes. Así es como a muchos profesores se les ocurren preguntas para un examen global.
Escribe cada pregunta posible en una ficha. Utilízalas como si fueran fichas y practica las respuestas en voz alta, frente a un espejo.
¿Por qué utilizar un espejo?
Utilizar un espejo para practicar te mostrará cualquier hábito nervioso que puedas mostrar mientras hablas. Aunque es cierto que no te penalizarán por tus hábitos nerviosos, también es cierto que podrías crear una energía nerviosa contagiosa. El examinador podría ponerse nervioso si tú lo estás, ¡y no tiene sentido crear ese tipo de ambiente!
La primera vez que practiques frente al espejo, haz el papel del probador. Obsérvese como lo haría él o ella. Busque pistas visuales: ¿Sonríes con confianza o te pones nervioso? Los signos de nerviosismo son importantes porque los nervios pueden hacerle olvidar detalles importantes. Practicar puede ayudarle a controlar esos nervios.
El reflejo del espejo (por extraño que parezca) te hará sentir como si alguien te estuviera observando mientras hablas. Pero no prestes realmente atención a la persona del espejo. En lugar de eso, intenta "mentalizarte" para que pienses que ese reflejo es realmente un profesor o un examinador.
Utilización de fichas
A continuación, haz una lista de términos de vocabulario y crea una ficha para cada uno de ellos. Ponte a prueba con las tarjetas hasta que las conozcas todas.
A continuación, selecciona tres tarjetas al azar. Hazte pasar por el examinador y formula una pregunta que relacione los tres términos. Este método te ayuda a establecer conexiones entre todos los conceptos que se han tratado en tu tema.
Si aprendes de forma visual, puedes dibujar imágenes para mejorar tu memoria.
Prepárese la noche anterior
Cuando te sientes bien con tu aspecto, te sientes más confiado y seguro de ti mismo. Es una buena idea encontrar de antemano la mejor ropa para el día, ya sea la ropa más formal que tengas o la más cómoda. Vístete de forma adecuada a tu situación.
- No tomes cafeína el día anterior si tiende a mantenerte despierto. Necesitarás dormir mucho.
- Empaque cualquier papel o ayuda visual que pueda necesitar para el examen.
- Vuelve a practicar tus respuestas delante de un espejo.
El día de la prueba
Aquí tienes algunos consejos para el día del examen oral:
- Desayuna algo, aunque no tengas hambre.
- Sonríe.
- Piense un momento antes de responder.
- Reconoce cuándo has dicho suficiente. Es importante saber cuándo parar.
- Respalda una respuesta afirmativa o negativa con pruebas o razonamientos.
- Si no sabe la respuesta de inmediato, tómese su tiempo para pensar.
- Si puedes utilizar una hoja de papel en blanco y un bolígrafo o un lápiz, utiliza el papel para dibujar las imágenes que has creado como potenciadoras del recuerdo.
Fuente: thoughtco.com